La cara del Presidente Snow sale en el cielo. Mira que me he visto en el espejo y soy feo, pero este es peor.
- Atención tributos- Dice Snow, que asco de tío- La regla de que solo puede ganar un tributo ha sido revocada- ¿Ya no puede ganar nadie?- Ahora pueden ganar dos, siempre y cuando sean del mismo Distrito.
Reacciono rápidamente y giro la cabeza como un buho (Casi me rompo el cuello) hacia Clove. La abrazo con tal fuerza que oigo el crujido de los cuchillos de su chaqueta al chocarse.
- Eeem... Cato- Dice Clove.
- ¿Si?- La pregunto en un tono de voz muy dulce.
- Me estas ahogando- Responde.
- ¡Oh, perdona!- Me disculpo mientras la suelto- Es que estaba contento por el cambio de normas y...
- Bueno, pues si quieres que las normas nuevas sirvan para algo, no me ahogues- Contesta.
- Vale, procuraré que no vuelva a pasar- Respondo con voz aguda.
- ¿A qué viene esa voz? Pareces un niño pequeño de esos- Dice, tiene razón, parezco un bebé.
Carraspeo muchas veces para hacer que se me quite la voz aguda.
- Ahora sí- Añado con una voz muy grave a propósito.
Clove se echa a reir. Nunca la he oido riéndose.
Su risa es preciosa... Como unas mariposas revoloteando por un campo florecido donde hay manzanos y de ellos recogo los frutos... Un momento ¿Desde cuándo a mí me gustan los campos? ¿Y cuándo he recogido yo manzanas? En cuanto salga de la Arena voy a hablar seriamente con la almohada.
- ¿Qué haces? Ahora pareces un lunático- Comenta. He debido poner una cara rara, pero es que es tan bonita... Sí, en cuanto salga de aquí voy a tener una larga charla de Vencedor a almohada.
Me parece que Clove no está tan contenta como yo por la nueva noticia, incluso creo que tenía ganas de atravesarme con uno de sus cuchillos.
Bueno, la verdad es que no me importaría que me matase, al menos si es Clove no me importa, sería como un halago que se importarse siquiera en matarme. Vale, necesito una charla con la almohada ahora mismo PATROCINADORES, TOMAD NOTA SI ES QUE ESTAIS AHÍ.
¿Por qué pienso tanto en ella? Ni idea, se supone que es normal entre adolescentes, bueno, yo nunca he sido normal, incluso mi madre me lo decía, también me llamaba feo. Y luego dicen que tus padres te quieren...
¡¿Y AHORA POR QUÉ NARICES PIENSO EN MI FAMILIA?!
Vuelvo a la realidad, porque me va a estallar la cabeza a este paso y la sangre no se quita de la ropa, lo digo por experiencia. Clove me mira arqueando una ceja, sí, definitivamente tengo que dejar de pensar.
DEJA LA MENTE EN BLANCO... NO PIÉNSES...
Carraspeo para aclararme la garganta.
- Perdona, estaba pensando en mis cosas- Digo.
- No, si a esa conclusión ya he llegado- Contesta- Deberías dejar de poner caras cuando piensas, que pareces tonto- Voy a poner eso en práctica.
- Sí, y mi cara no es que sea muy atractiva como para poner muecas- Digo disgustado.
- No estaba diciendo que fueses feo- Contesta. Me enrojezco como un tomate ¿Está diciéndo porque le parezco guapo, o por pena porque doy asco? Creo que es lo primero, eso es muy pero que muy bueno ¡Tengo posibilidades! ¡Bien!
Abro la boca para responder, todavía rojo, pero antes de poder decirlo, suena un grito.
- ¡Peeta!- Chilla la Chica de Fuego YA ESTÁ LA PESADA DE LAS NARICES DESTROZÁNDO EL MOMENTO ¡AHORA CUANDO LA VEA SE ENTERA!
- Ooooh, los Trágicos Amantes van a estar juntos, que romántico- Dice en tono burlón, me río- Bueno ¿Vamos a por ellos?- Pregunta, asiento intentándo ponerme serio, porque me ha hecho gracia la broma de los Enamorados.
Recogemos las mochilas, nos colocamos las gafas de visión nocturna y nos ponemos en camino. Como no aparezca ninguno de los del 12, voy a acabar explotando, como ya mencioné, pero esta vez no me va a preocupar manchar todo de sangre.
Con las gafas se logra visualizar todo, incluso ahora mismo estoy viendo un pájaro volar, sigo odiando a esos bichos.
- ¿Dónde crees que podrían estar?- Me pregunta Clove.
- En alguna cueva dándose besitos- Respondo riéndome entre dientes al pensar en esos dos niñatos besándose sin preocupación, como si no fuésemos allí a matarlos. Idiotas...
- O tal vez buscándose como locos dando saltitos y canturreando sus nombres- Dice mientras corta una rama para poder pasar, me río por lo bajo. Podría ser, puedes esperarte de esos muchas cosas.
Suena un siseo tras nosotros que comienza a acercarse.
Giramos la cabeza rápidamente para ver qué o quién es nuestro atacante y encontramos una enorme serpiente (De unos tres metros o cuatro) avanzando hacia nosotros.
Clove suelta un grito ahogado y comenzamos a retroceder rápidamente, mientras que la serpiente avanza con más velocidad. Comenzamos a huir de ella, pero logra seguirnos agilmente ¡¿Qué narices hace ese bicho aquí?! Maldito Capitolio...
Seguimos corriendo para que no nos alcance, pero nos va a resultar inútil, la serpiente sigue acercándose.
Me canso al poco tiempo, Clove sigue avanzando sin cansarse, Brutus tenía razón cuando decía que Clove tenía mucha resistencia.
Llegamos al punto donde ya no se puede huir, porque un enorme abismo nos corta el camino, mierda, estamos perdidos, no me apetece saltar para salir volando con el campo de fuerza.
Suena de nuevo el siseo de la serpiente acercándose velozmente, pero no hacia mí, sino en dirección hacia Clove. Abre la boca para mostrar sus afilados colmillos, directos al cuello de Clove.
No pienso permitírselo.
Grito y salto sobre la serpiente, que suelta un sonido horrible cuando mi espada entra en contacto con su cuello y se lo corto. Cae al suelo, muerta.
Un líquido moteado asqueroso sale del cuerpo de la serpiente, parece ser tiene la sangre podrida. Clove se queda rígida, completamente pálida, e incluso se puede ver su rostro palidecido sin las gafas de visión nocturna. Corro hacia ella.
- ¿Estas bien? ¿Te ha hecho algo?- Preguto preocupado, como la haya ocurrido algo juro que me cargo a todos los del Capitolio como sea.
- Estoy bien- Dice, volviendo a su tono de piel habitual, aunque se la nota un poco de pánico en la voz- Gracias.
- De nada- Respondo, menos mal que está bien, que si no remato a la serpiente y la tiro al abismo- Será mejor que nos marchemos- Añado, Clove asiente, me estan entrando ganas de abrazarla y no comprendo por qué. Nos ponemos en camino.
Comienza a amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario