lunes, 24 de junio de 2013

4.

-Ah, y el es Haymitch- Dice el alcalde, se les había olvidado por completo presentarlo.
-Hola- Saluda, arrugo la nariz; le apesta el aliento a alcohol- Me levantaría para saludaros, pero como veréis no estoy en condiciones- Continúa recostándose en el sillón.
-Esta borracho -La susurro a Clove
- ¡No me digas! -Dice sarcásticamente.
Es difícil de creer que Clove sea sarcástica cuando esta tan guapa. ¡CEREBRO ESTÚPIDO! ¡No tiene nada que ver que Clove este guapa para que sea sarcástica! ¿Me estoy volviendo loco? No, siempre he estado loco, he llegado a esa conclusión.
Jennifer me recuerda en algo a Katniss, espero que no sean familiares, no quiero que me maten en plena Gira de la Victoria.
Nos ponemos a charlar, bueno, más bien Clove comienza a charlar con ellos, yo solo me limito a asentir y mirar de reojo a Clove.
-Bueno- Dice el alcalde levantándose del asiento- Mañana tendréis que hablar ante todo el Distrito 12, espero que no os pongáis nerviosos- ¿¡QUÉ!? ¡No nos han avisado sobre eso! ¿Qué les digo, que le arranqué el corazón a Peeta porque lo quería? No, me niego rotundamente.
Clove tiene la misma cara de sorpresa que yo.
Puede que yo matara al Chico Amoroso arrancándole el corazón, pero Clove mató a la Chica en Llamas cortándola en cachitos. Creo que vamos a tener ciertos problemas en este Distrito.
Nos despedimos de ellos y nos dirigimos de nuevo al tren, seguido por las miradas de personas con aspecto moribundo, me siento un tanto incómodo.

Nos llevan a una sala de otro edificio, donde están Brutus y Enobaria, esperándonos.
¿Ahora qué nos van ha decir? No hemos hecho nada malo.
-¿Sabéis que mañana tendréis que hablar delante del Distrito..?- Empieza Enobaria.
- ¡¿Que si lo sabemos?! - Grita Clove irritada - ¡Si! ¡Sabemos que mañana nos tocará hablar delante de todo el Distrito 12!
- Y por cierto -Añado, ya rojo de rabia - Gracias por decírnoslo.
Tampoco nos han dicho algo tan malo, pero me fastidia que no nos lo hubieran dicho antes.
- Chicos, chicos, chicos… - Dice Brutus en tono apaciguador - tranquilizaos, mañana no os pasara nada, así que lo mejor es irse a dormir y descansar para mañana.
Me adelanto y hecho a andar hacia mi habitación, pero algo me detiene.
- He dicho que a dormir y descansar -Dice Brutus mientras me fulmina con la mirada. En su mano derecha tiene la parte trasera de mi camiseta hecha una bola en su puño.
- ¿Y a donde te crees que iba? -Le espeto.
- Creo que no me he expresado bien -Aclara Brutus - HOY NO VAIS A DORMIR EN EL TREN.
-Vale, vale, ya me he enterado- Digo alzando las palmas de las manos- ¿Entonces, dónde dormimos?
-Ahora nos llevarán hacia allí, así que hazme un favor y espera-Contesta.
Suelto un bufido y me siento en una silla a esperar, no tengo más remedio que hacerlo, aunque mi paciencia sea mínima.
Al rato llega un Agente de la Paz, que nos guía por el edificio hasta un lujoso apartamento en la décima planta (Ya podrían haberlo puesto en otra planta).
Para ser un Distrito pobre se han montado la casa bastante bien.
-Bueno, hasta mañana- Se despide Brutus, bostezando.
Entro a mi habitación, que es poco distinta a la del tren.
Decido darme una ducha para despejarme las ideas.
Después de bañarme me pongo el pijama y me tumbo en la cama. No la he preguntado a Clove que si podía dormir con ella, bueno, con los ronquidos que doy no me iba a dejar, estoy seguro.
Cierro los ojos y me quedo dormido enseguida.

Me despierto porque alguien está llamando a la puerta.
Para mi sorpresa es Clove, que tiene los ojos enrojecidos, como si hubiera estado llorando.
-¿Qué te pasa?-Digo preocupado.
-No es nada...-Responde frotándose los ojos- ¿Puedo... Dormir contigo?
Noto que me he puesto rojo, menos mal que está oscuro y apenas se me ve.
-Cla-Claro, pasa- Digo, dejándola pasar.
Clove entra y yo paso tras ella.
Se recuesta en mi cama y me tumbo a su lado.
De repente se echa a llorar.
Imagínate ver a la persona a la que más quieres en el mundo llorando. Ahora piensa en cómo te sentirías. Pues bien, así me siento yo ahora mismo, o tal vez mucho peor, me siento tan mal que me pegaría un tiro si tuviera alguna pistola a mano.
La abrazo, y noto un millón de mariposas en el estómago, o tal vez es que tengo hambre.
-Tranquila, no pasa nada- Intento tranquilizarla, acariciándola el cabello.
-Cato...-Susurra.
-¿Si?-La pregunto, en tono dulce.
-No toques mi pelo-Dice, acurrucándose más a mi lado, no puedo evitar sonreír.
-Esa es mi chica- Murmuro esperando que lo oiga, pero ya se ha quedado dormida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario