sábado, 11 de mayo de 2013

25.

Clove se aparta de mí.
- Eso significa que tenemos que matarnos entre nosotros- Dice Clove.
- Sí- Afirmo intentando no sonar disgustado.
- ¿Y quién va a morir?- Pregunta.
- No quiero que te pase nada, Clove- Digo con sentimiento, no me esperaba que pudiera llegar a ser tan blando- Mátame a mí.
-Vaya ¡Que fáciles pones las cosas! Así me ahorro el esfuerzo de la pelea- Contesta.
- Yo pensaba que tú dirías...- Añado entrecortado, no me esperaba que dijera eso.
- Como comprenderás, no voy a ponerme estilo Trágicos Amantes cuando me das la oportunidad de ganar tan facilmente - Responde.
¿Qué hago? Clove está dispuesta a matarme para ganar. No quiero hacer daño a Clove, pero tampoco quiero que me mate, tal vez si consigo hacer tiempo de alguna forma, tendré por lo menos algunos minutos.
- Pues no te librarás de luchar por la victoria, no pienso dejar que me derrotes con tanta facilidad- En realidad no quiero luchar con ella, tiene una chaqueta llena de cuchillos y no dudará en lanzarmelos a la cabeza si se lo propone.
- Bueno, al final no me ahorraré la pelea, una lástima, tardaré más rato en matarte.
- ¿Tú? ¿Matarme?- Me río en tono vacilante, Clove pone cara de odio- Ja. Ja.
Clove me da una fuerte patada en una zona mortal para todos los chicos, incluida a mí; en la entrepierna.
- AY- Grito de dolor y me caigo al suelo, oigo como Clove se ríe de mí, pero apenas me doy cuenta, estoy demasiado ocupado quejándome de la patada que me acaba de dar.
Comienzo a rodar por el suelo del dolor, hay que ver que daño se siente cuando te dan una patada ahí.
Me levanto como puedo y Clove se pone seria, no tengo más remedio que luchar si quiero vencer, pero no sé que puedo hacer para no tener que matar a Clove, no podría perdonarme a mi mismo si la hago daño.
Me preparo para atacar, pero Clove ya se ha adelantado.
Se abalanza sobre mí y me da un puñetazo en la cara, estoy seguro de que me ha hecho algún moratón.
Comienzo a perder el equilibrio y Clove sigue pegándome, y pensar que hace un par de días la estaba besando, hay que ver como cambian las cosas de un momento a otro.
Clove me agarra del cuello obligándome a estar quieto, porque si no me ahogará.
Saca un amenazante cuchillo de la chaqueta y me lo clava en el estómago, bueno, me amenaza con clavármelo en el estómago.
Tengo que ganar tiempo como sea, porque no tenía planeado nada de esto.
Como no sé que hacer saco la espada del cinturón como puedo y la alzo hasta el cuello de Clove. No pienso cortarla la cabeza, pero si sirve para perder el tiempo me vale.
- Con que vas a matarme ¿Eh? Pues tú caerás conmigo- Mierda, me va a matar de todas formas.
Comienza a hacer presión con el cuchillo y empienza a agujerearme la tripa, ay.
- ¡PARAD!- Grita Seneca, sí, el que tiene esa barba tan chachi, Clove suelta el cuchillo, puff menos mal- Damas y caballeros ¡Los Vencedores de los septuagésimo cuartos Juegos del Hambre ¡Cato West y Clove Eaton!
¿Hemos ganado? ¿No hay truco ni nada parecido? Parece ser que no.
Miro a Clove para ver si es verdad, está sonriendo ¡BIEN, HEMOS GANADO!
Aparece en un aerodeslizador y subimos allí.
Al llegar, vemos a Brutus y Enobaria frente a nosotros.
Enobaria parece entusiasmada, pero Brutus me mira con cara de asco, por favor, que no me mate.
Enobaria se pone a felicitar a Clove.
Noto un ligero dolor en mi estómago.
Me levanto la camiseta para ver qué clase de herida me ha hecho Clove.
Me doy cuenta de que solamente es un agujero sobre mi ombligo.
- ¡Mirad, tengo dos ombligos!- Digo, me miran como si fuera tonto, les doy la razón, parezco estúpido.
- Deberías haberle cortado la cabeza cuando tuviste ocasión- Murmura Enobaria a Clove, muy ''considerada'' por su parte.
- Pobrecito, tampoco es para matarlo, a mi me cae bien- Dice ella ¡La caigo bien! Al fin tengo un amigo.
Me acerco a Clove tímidamente.
La abrazo por la espalda, porque si la toco el pelo me mata, su pelo es algo muy sagrado, y ya debería tomarlo en cuenta si no quiero morir de una forma lenta y dolorosa.
Ella se gira. Me devuelve el abrazo y me da un beso en la punta de la nariz. No puedo evitar ponerme rojo como un tomate.
Me doy cuenta de que Enobaria nos mira fijamente y estoy comenzando a sentirme incómodo.
- Enobaria ¿Podrías dejarnos a Clove y a mi un momento a solas?- Pregunto.
- NO- Contesta bordemente, estoy empezando a sospechar que no quiere que me acerque a Clove.
Bueno, pues si quiere quedarse observando como beso a Clove allá ella.
Junto mi frente con la suya y la miro fijamente a los ojos, es preciosa, aunque eso ya se sabe.
Poco a poco me acerco a sus labios hasta que nos fundimos en un tierno beso.
No sé si me está siguiendo el beso porque le gusto o porque ahora no puede huir, pero está siendo lo mas bonito del mundo.
No comprendo como puedo ponerme tan ñoño con ella sabiendo que ella odia todo lo cursi, pero supongo que todos los adolescentes enamorados seremos así de imbéciles.
Estamos aproximadamente medio minuto besándonos, nos separamos para respirar, nos miramos a los ojos y me sonríe. ¡OH DIOS MÍO, ME HA SONREÍDO! Creo que la gusto, y eso es bueno, MUY bueno.
- ¿Quieres ser mi novia?- Es lo único que digo ¿QUÉ NARICES HACES, CATO? ¡ERES TONTO! PARA QUÉ SE LO PREGUNTAS SI SABES QUE TE VA A RECHAZAR, Y CÁLLATE ANTES DE DECIR MÁS TONTERÍAS.
- La próxima vez que nos veamos te lo diré- Responde, me quiere dejar con la intriga para que explote, estoy seguro.
Oímos a Enobaria carraspear y nos giramos, no voy a gritarla porque voy acabar quedándome sin voz.
- Clove, tenemos que irnos, tienen que curarte las heridas- Dice Enobaria.
Clove se despide y se va con Enobaria hacia otra sala, dejándome solo con Brutus, tengo la extraña sensación de que va a ahorcarme.
- Hola Bru...- Comienza a ahogarme.
- ¿¡¡POR QUÉ NARICES DIJISTE LO DE YO Y ENOBARIA!!?- Chilla como un loco.
- Yo también me alegro de verte- Digo sarcásticamente y a la vez ahogándome.
Frunce el ceño y me suelta de golpe, hay que ver que cabreo tiene.
- Da gracias a que te deje vivir- Me dice- Ahora vamos, que tienen que curarte las heridas, aunque creo que estas mejor con arañazos en la cara- Maldito sea.
Entramos a un enorme pasillo, será un aerodeslizador, pero parece una mansión gigante.
Me llevan hasta una especie de habitación llena de cables.
Un médico trae una aguja del tamaño del pasillo entero ¿Me van a pinchar con eso? AH NO, NI HABLAR.
Intento huir, pero Brutus me sujeta de la capucha y me obliga a quedarme quieto.
El médico clava la aguja en mi cuello y me quedo dormido.

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